En nada, carteles de "Aplause" en los conciertos
Resulta irónico que algunos estén esperando...que otros lo consideren
una farsa por la que no debemos preocuparnos. Y que otros, cómo yo, nos
encontramos con ello a cada momento sin saber ni por dónde ha venido.
Efectivamente,
los zombis dan miedo, dan asco y nuestro principal temor, proviene de
no querer convertirnos en lo que ellos son. Pero déjenme decirles que el
apocalipsis ya ha llegado y todos estamos viviendo en él.
No
hablo de zombis sangrientos y canívales en sentido literal, aunque sí
metafórico. De un tiempo a esta parte he tenido que ver como una especie
de ola oscura ha ido cubriendo las ciudades y, a su paso, se lleva la
autenticidad, la diferencia, el respeto, el disfrute, el dejarse llevar,
el significado real de términos cómo "freak". He de admitir que nunca
me había pasado: nunca hubiera imaginado que, ahora, el hecho de
escuchar a Lady Gaga, Rihanna o Miguel Bosé me convirtiera en un bicho
raro. Han logrado invertir las corrientes y la terminología, y todavía
me planteo cómo lo habrán hecho. Es un misterio.
Todo este
planteamiento tiene una fundamentación. La generalización nunca es
gratuïta al menos en mi caso. Cómo decía, de un tiempo a esta parte he
ido viviendo unas situaciones demasiado especiales en cada concierto al
que he asistido. Repito: NUNCA me había sucedido. Y menos en conciertos
aparentemente tan dispares y diferentes entre si. Es la primera vez que veo que el público no responde ante el intento comunicativo del grupo o solista que está en el escenario. Por
más que lo pienso, no logro entender cómo hemos llegado hasta aquí.
Ahora pensarán: ya está la típica pesada que no para de gritar en todo
el concierto y no deja escuchar a nadie. Los que habeis asistido a algun
recital en mi compañía ya sabeis que no es el caso, ni mucho menos.
Pero yo sí que entiendo el formato directo cómo un momento de feedback
comunicativo entre el artista y su público. Yo te doy, tú me das. Si lo
merezco, aplaudes. Y yo cómo artista, sé que, cuanto más fuertes suenen
tus aplausos, más te ha gustado, más me lo he currado. Y en base a esto,
yo me crezco en el escenario, y me entrego porque sé que lo estás
disfrutando. Y yo, cómo espectador, disfruto del directo, no solamente
porque, por haber pagado mi entrada, creo que tu deber cómo artista es
satisfacerme, sinó porque me emociona el simple hecho de compartir tu
música con un grupo de desconocidos y contigo, que en algún momento la
compusiste para tí, y ahora ya forma parte de mí, y te lo muestro cuando
me pides que cante y yo respondo, aunque mi voz suene a trueno y desate en tí una característica y entrañable risa.
Este
es el intercambio. No me malinterpreten. Sé positivamente que cada uno
es y vive de una forma distinta a otro, y lo mismo que uno disfruta
chillando hasta quedarse afónico, el otro lo vive por dentro y sin abrir
la boca en todo el espectáculo. Es respetable. Cada uno lo vive a su
manera. No estoy criticando esto, ni mucho menos. Lo que sí denuncio o
llamo la atención sobre, es que ahora se trata de una actitud
generalizada, cuando años atrás tendía a ser al revés.
No
sé si alguno de vosotros lo habrá notado, pero la gente aplaude con
desgana. El momento en que las luces se apagan para empezar el
concierto, ¡antes era una fiesta! Ahora puedes oir la mosca que se posa
en el plato de la batería. Esto es sólo un ejemplo de lo que quiero
decir. Dejando a un lado el hecho de que algunos se pasan el concierto
revisando su facebook y demás...y no entienden (o peor, les da igual)
que las luces de las pantallas son tan o más molestas que ese grito que
se reprimen.
Pero, más allá de que tiendas a emocionarte o no en un espectáculo, es ya una cuestión de respeto. ¿Por qué no vas a dar palmas si al que has venido a ver te lo pide? Puede que en ese momento la canción lo requiera, o puede que él intente establecer un intento comunicativo contigo, o puede que lo necesite para darle ánimos para afrontar un glorioso solo de guitarra con el que pretende emocionarte. ¿Y cuándo callan y dejan de tocar expresamente para oir a su público? ¿Por qué no vas a responder? Es un momento que ellos te regalan para que les muestres cómo has hecho tuya una canción que nació seguramente en un momento muy íntimo de su compositor y que ahora forma parte de un número razonable de gente. Me parece un tanto penoso quedarse inmóvil e inexpresivo cuándo un foco de tercer grado apunta directo hacia tí. Está claro que mis palabras destilan tristeza, incomprensión y denuncia. Pero también reflexión.
Me pareció necesario escribir una entrada de estas características a modo de reflexión sobre lo que está ocurriendo con las modas y demás. Se da la paradoja de que estamos en un momento en que la gente se vuelve absolutamente loca por conseguir entradas para un concierto X y luego, ¿para qué? No veo la misma pasión ni, desde luego, la misma entrega en las salas. Creo además que deberían replantearse conceptos cómo "directo", "freak", "hipster", "moderno" y todas estas mamarruchadas que están permanentemente en boca de todos y que a menudo, ni siquera saben qué significan. Lo que antes formaba parte de una subcultura accesible en la que se establecía una relación cercana entre el grupo y su público y, al terminar el concierto, te ibas de cañas con ellos, ahora se ha transfigurado y esa subcultura se eleva a la máxima potencia sacralizando todo lo que tiene que ver con ella. Todavía no entiendo por qué.
Volviendo a los zombis... me gustaría sinceramente que alguien pudiera ilustrarme acerca de esta nueva corriente que hace que la gente no pueda permitirse el lujo de comunicarse con el grupo o solista por el que ha pagado y dedica su tiempo en ir a ver. Sinceramente, dejaros llevar por lo que os guste a vosotros y no por lo que los demás sugieren que debería gustaros para ser "guais". Y lo digo con la sensación de que estais ahí por imposición y no por el gozo de vuestra sensibilidad. Sed auténticos. Y no os midais por la capacidad que teneis de adaptaros a lo que se lleva. Esto sólo conlleva un destrozo de la cultura. Es mi consejo, en vuestro idioma, es mi "pregaria". Éste, y que apagueis el móvil en los conciertos para que, aquellos que estamos allí por una razón, podamos disfrutarlo. Gracias.
Comentarios
Publicar un comentario