
Si la luz que había en Montjuïch el martes, si sólo pudiera usarse la emoción que se concentró
en ese lugar el martes para "ser valientes", si escucháramos más y hablásemos menos, si nos
creyéramos por una vez las palabras de Lady GaGa...no sería maravilloso, sinó que el mundo
tendería a un equilibrio sin precedentes en el que gobernaría la propia honestidad y el valor
de ser uno mismo.
Tan odiada como amada, y miles y miles de columnas criticada, Lady GaGa ofreció un concierto
épico (y ético) en Barcelona. Ético!! Oh My God! Diréis algunos..pero si animó a los chicos
a "sacarse las pollas" literalmente!! Y qué lenguaje!! Qué descaro!! Pero cómo se atreve!!
Pues bien, digo ético porque dió un buen repaso a la baja autoestima de los "pequeños monstruos"
que saltaban, gritaban, y adoraban a su salvadora. Ético, porque pronunció un discurso de lo
más emotivo y fuerte que jamás haya escuchado en boca de un artista de sus características,
defendiendo la propia personalidad por encima de todo y el no dar nunca permiso "para que te
digan que no lo haces bastante bien, que no bailas bastante bien, que no cantas bastante bien,
que no eres suficientemente bueno en". En definitiva, no dejarte aplastar ni por tí mismo ni
por los demás. Así es como se compromete, desde su posición privilegiada, a "ser valiente para
vosotros, pequeños monstruos".
Independientemente del mensaje que pretendía transmitir, fue un show con todas las letras.
No faltó absolutamente nada ni sobró absolutamente nada. Hubo teatro, hubo unos cambios de
escenografía logrados, hubo monstruos, hubo un muestrario de los esperadísimos modelos de GaGa,
hubo solos espeluznantes, hubo gritos, hubo lágrimas, hubo risas, hubo baile...un cuerpo de baile
de lo mejor del panorama mundial con la protagonista siempre al frente de las coreografías y sin
parar un minuto, hubo fuego, hubo agua y hubo fe...mucha fe.
Una fe absoluta hacia una artista que iba a darlo todo, y los 18.000 fans que allí se congregaron
estaban plenamente convencidos de ello. Confieso que en ocasiones he sentido miedo. Pánico. De verme
convertida en una posesa más que aclama a ese ser casi insignificante pero inmensamente inmenso que
es Lady GaGa. ¿No es esto un tipo de devoción?
Cada vez que acude a mi mente este sentimiento de fuerte pertenencia a un grupo o a unas ideas
con las que me identifico, paro y considero que, si ese grupo o ente va a entregarse de ese modo,
va a sangrar en un escenario porque miles de fans han acudido sólo para divertirse y verla actuar,
si su actuación evoca magia, frenesí, locura, luz, tiniebla, y todo a la vez, y además se rodea
de perfectos profesionales que crean su mundo tal y como lo conocemos...si todo esto sucede así,
y no utilizando el dinero público para que ella venga a actuar, movilizando una ciudad entera como
Barcelona para que pronuncie un discurso aburrido, plano, repleto de falsa moral, y además....
sin bailarines, ¿qué voy a decir? Prefiero ser devota de Lady GaGa.
www.youtube.com/watch?v=uNu57qkSK3E
"Manifesto of little Monsters" by Lady GaGa
"There's something heroic about the way my fans operate their cameras.
So precisely, so intricately and so proudly.
Like Kings writing the history of their people. It's their prolific
nature that both creates and procures what will later be perceived as
the "Kingdom."
So, the real truth about Lady Gaga fans lies in this sentiment: They
are the kings. They are the queens. They write the history of the
Kingdom, while I am something of a devoted Jester.
It is in the theory of perception that we have established our bond.
Or, the lie, I should say, for which we kill. We are nothing without
our image. Without our projection. Without the spiritual hologram of
who we perceive ourselves to be, or to become, in the future.
When you're
lonely...
I'll be lonely too..
And this is the fame."
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